Había una
vez una oruga que se llamaba Hanzel, ella no era muy bonita, pero tenía
cualidades que la hacían sobresalir del resto. Ella asistía a Insectis, la
escuela para todo tipo de insectos. Hanzel no era muy popular, pero era muy
querida por todo aquel que la conocia. En su aula había un saltamontes, el
cual, era muy popular., Él siempre la molestaba, recordandole constantemente lo
poco agraciada que era y lo poco beneficiada que se veía a pesar de ser así.
Hanzel nunca se defendía, pues nunca le tomaba importancia y siempre le
respondía:
-Hay
pequeño saltamontes ¿cuándo entenderás? Que todo lo que hago, lo hago con mucho
cariño.
Después
de un tiempo Hanzel empezó a no asistir a Insectis, algo que resultaba muy
extraño, pero lo que sorprendió a todos es que el saltamontes, quien era
indiferente hacia ella dias atras, era el que se veía más preocupado.
Al paso de algunas semanas, apareció en la clase una hermosa y única mariposa, siendo una gran
belleza por sus alas incomparables, llenos de maginificos colores. Todos quedaron
maravillados al verla, y a su vez asombrados al saber que esa bella
mariposa era la fea oruga Hanzel. Saltamontes le pidió una disculpa por todos
los malos ratos que le había hecho pasar, y le confeso que en realidad lo hacía
para llamar su atención, pues siempre
intento contar con su amistad y poderla llamar su única amiga verdadera. Hanzel
acepto su disculpa y desde entonces empezaron a ser muy buenos amigos y
vivieron felices para siempre.
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